Utebo, en el corazón
Me cuesta trabajo decidir por dónde empiezo a contar lo que se vivió ayer en Utebo. Es una prueba que me toca muy de cerca por motivos personales. Creo que eso es algo que le pasa a mucha gente en este escenario donde se cumplen promesas, alcanzan retos o, simplemente, se homenajea a muchos seres queridos que están y que no están.
Se dan todas las circunstancias para que cada año la fiesta reúna más emociones: es una cita solidaria (5.820 euros se recaudaron esta vez para ATADES); es propicia para iniciarse en el duatlón por su perfil tan asequible; es muy rápida si respeta el viento, como ocurrió ayer, de manera que quienes disputan la victoria (http://triatlonaragon.org/Competicion/8618/vi-duatlon-solidario-de-utebo?tab=3) tienen un trazado vertiginoso ante sí; es la oportunidad de que te toque un magnífico regalo; es la ocasión de comprobar cómo se vuelca todo un pueblo en un evento que cada año les hace más grandes…
Siento devoción (y quién no) por Dani Tello. Aparte de un gran dinamizador del triatlón aragonés en los últimos años, es un tipo que desparrama generosidad, dulzura y humor a partes iguales. Porque es muy difícil conseguir que no se haga pesada un ceremonia de entrega de trofeos y sorteo de regalos a las dos de la tarde de un domingo con el personal suspirando por la cañita o la paella. Te superas, Dani. Y mira que es difícil…
Al ser de las primeras pruebas de la temporada, en Utebo uno se entera de los cambios de triatletas de un club a otro, cotillea los nuevos monos de competición, quiénes son sus proveedores, quiénes los patrocinadores, pero sobre todo saluda a un montón de amigos y conocidos unidos por un sentimiento muy similar: la pasión por el tri que inspira este portal.
También fue un día triste el de ayer porque en los instantes previos a la salida se confirmaba el fallecimiento de un miembro del club ciclista local que a mitad de semana sufrió un desgraciado accidente. En su memoria y para los suyos hubo un sobrecogedor minuto de silencio.
Si en otras crónicas uteberas he citado nombres propios de duatletas o he dedicado unas cuantas líneas a describir cómo me «arrastro» en la carrera a pie gracias a mi colección de achaques crónicos, en esta ocasión prefiero que presida el relato mi admiración tremenda por esta prueba y quienes la hacen posible, que en realidad somos un poco todos, aunque de manera muy especial los chicos y chicas del Octavus Triatlón. Me alegra mucho pensar que el campeonato del mundo de la solidaridad aún no ha tocado techo. Ni por asomo.
Pasionporeltri